El cultivo de esta leguminosa no es fácil ya que coincide con la época cálida del año y su crecimiento es rápido y hay que estar muy pendiente. Servimos dos tipos de judía: redonda y plana. Las dos tienen un color vivo y brillante, sin decoloraciones, con las semillas poco marcadas (signo de calidad) y cosechadas en su punto óptimo de maduración para que no sean ni duras ni fibrosas.

Un método de comprobar su frescura es observar si cuando la rompemos sale una gota de agua. Al ser un producto que se come sin pelar hay que remarcar la importancia de que sea ecológico para evitar ingerir los agrotóxicos que se utilizan en el cultivo convencional.

Ventajas para el consumidor

Ventajas para el profesional

ATRIBUTOS

DESCRIPCIÓN UNIDADES DE PEDIDO Y EMBALAJE